Last updated:
Ser un verdadero Auroviliano: La Madre explica como compaginar la vida terrestre y la divinidad.
Para ser un verdadero auroviliano
1. La primera necesidad es el descubrimiento interior para saber lo que uno es realmente detrás de las apariencias sociales, morales, culturales, raciales, hereditarias.
En el centro existe un ser libre, vasto, un ser de conocimiento, que se ofrece a nuestro descubrimiento y que ha de convertirse en el centro activo de nuestro ser y nuestra vida en Auroville.
2. Se vive en Auroville para ser libre de las convenciones morales y sociales; pero esta libertad no debe ser una nueva esclavitud al ego, sus deseos y sus ambiciones.
La satisfacción de los deseos bloquea el camino al descubrimiento interior, que sólo puede realizarse en la paz y la transparencia de un desapego total.
3. El auroviliano debe perder el sentido de la posesión personal. En nuestro paso por el mundo material, lo que es indispensable para nuestra vida y acción es puesto a nuestra disposición según el lugar que hemos de ocupar.
Cuanto más conscientes seamos de nuestro ser interior, más nos serán dados los medios exactos.
4. El trabajo, incluso manual, es una cosa indispensable para el descubrimiento interior. Si uno no trabaja, si no se infunde conciencia en la materia, ésta nunca se desarrollará. Dejar que la conciencia organice un poco de materia a través del propio cuerpo, es muy bueno. Poner orden alrededor de uno mismo ayuda a poner orden en uno mismo.
Uno debe organizar su vida, no según reglas exteriores y artificiales, sino de acuerdo a una conciencia interior organizada, porque si dejamos a la vida sin imponerle el control de la conciencia superior, ésta se vuelve fluctuante e inexpresiva. Es desperdiciar el tiempo de uno mismo, en el sentido que la materia se queda sin utilización consciente.
5. La tierra entera debe prepararse para el advenimiento de la especie nueva y Auroville quiere trabajar conscientemente para ayudar a ello.
6. Poco a poco nos será revelado lo que debe ser esa especie nueva, mientras tanto, lo mejor que se puede hacer es consagrarse enteramente al Divino.
7. La única libertad verdadera es la obtenida por la unión con el Divino.
Uno no puede unirse al Divino hasta haber superado el ego.